La afirmación de que todo individuo busca fundamentalmente la felicidad en un mundo industrializado como proyecto de vida que imité a la eudaimonía “un estado
deseable de alcanzar”, se contradice al encontrar que todo individuo coexiste en un caos felizmente inmutable sin ningún rumbo claro por la vida, y sobre todo, agazapado por los cambios
determinantes del sistema en un mundo dilatado a la transformación de objetos. Lo extraordinario a tal fundamento y contradicción con la vida, es pensar en la idea errónea de cambiar
para ser mejor. Cuando simplemente se alude a imitar una realidad corrupta de supervivencia, sosiego y de frialdad. Sin embargo ante tal desconcierto nativo de las últimas generaciones es
necesario disertar sobre el hecho y el valor que tiene nuestra existencia ante la sociedad, ante el desarrollo y ante la tecnología... (to be continued)